TIJUANA, Baja California.- José Ángel Suárez era originario de Tijuana, tenía 28 años de edad, quería ser campeón del mundo, dedicaba su vida al boxeo, al apoyo de causas nobles y otro de sus sueños era sacar adelante a su familia, en especial a su madre, por lo cual trabajaba como conductor de Indrive para llevar ingresos extras. Sin embargo, el pasado 21 de octubre fue asesinado a balazos, su cuerpo apareció en la colonia Guadalajara y días después su vehículo fue encontrado desmantelado en un corralón municipal.
Familiares y amigos del pugilista exigen justicia, ya que lo tenían catalogado como un joven noble, trabajador y con hambre de triunfo. Asimismo, aseguran que las autoridades han ignorado el caso y la respuesta que les dio la Fiscalía General del Estado es que para ellos solo “es un incidente más, donde no hay solución y la investigación de su homicidio puede ser prolongada, quizá no se resuelva y se cierre el caso”.
Dayan, la madre de José Ángel, tuvo contacto con su hijo por última vez un día antes de su asesinato, le dijo que saldría a trabajar en la aplicación de Indrive, pasaron las horas y después ya no supo del paradero de su hijo.
“Mi hijo era un deportista. El día 20 mi hijo no volvió a casa y salimos a buscarlo por medio Tijuana. Visitamos hospitales y nada, y el último lugar donde nos dijeron, llamado Semefo, fue donde lo encontramos.
Nos dijeron que fue asesinado con un balazo en el corazón, luego nos cambiaron la historia, que no fue solo un balazo, sino que fueron tres balazos, dos en la espalda y uno en el pecho”.
Dedicado al deporte y al apoyo de causas nobles
José Ángel Suárez contaba con 13 peleas de boxeo profesional, era conocido en los encordados como “el Sonrics”, y entrenaba en el gimnasio Sangre Nueva, ubicado en Otay Nueva Tijuana, el cual es la cuna de varios campeones, entre ellos Luis “Pantera” Nery.
“Además del boxeo, mi hijo se dedicaba a participar en carreras para apoyar a fundaciones y niños con cancer, y le gustaba usar las redes sociales para ayudar. Yo vendo en el sobre ruedas y en una ocasión se llevó unas palas y rastrillos para apoyar en unos incendios que consumieron varias casas
Le gustaba brindar ayuda a quien lo necesitara, mi esposo falleció hace tres meses, y prácticamente de él nació que a partir de ese momento, él se haría cargo de ser el hombre de la casa. Mi hijo era soltero, vivía conmigo y con sus hermanas menores, hicimos un esfuerzo para comprar el carro y que pudiera trabajarlo. Me dijo: “Mamá, yo la voy a ayudar y vamos a comprar una casa”, compartió la madre.